top of page

La salud pública ha creado su propio espacio, el mismo que no está mereciendo la prioridad y atención adecuadas. Su práctica actual contempla lo que se puede hacer en medicina y atención médica, no obstante no nos limita ni subordina exclusivamente a ellas. Estamos viviendo la época de las transiciones, primero poblacional, luego epidemiológico, seguida de la transición en salud y ahora creo que debemos considerar la transición programática.

 

Se ha migrado de la preocupación exclusiva por la enfermedad, hacia la atención a la salud, no solo en lo convencional sino incluyendo los estilos de vida saludables y asociando la salud con el bienestar. Es parte, en consecuencia, del trabajo en salud pública el preocuparse por el desarrollo necesario.

 

La dimensión social de la salud le da a la política, en su sentido más amplio, que es el de la organización, estructura y ejercicio del poder en la sociedad, quizás el punto más relevante para el proceso de cambios que debe promover.

 

Se contraponen posiciones entre los que toman las decisiones y lo que es necesario hacer, la continuidad versus el cambio, las demandas versus las necesidades y la acción inmediata-que por lo general es coyuntural-con aquellas que tienen como objetivo el futuro. Todo esto requiere su compatibilización, el balance entre focalización, verticalidad, especialización y generalidad e integración.

 

Finalmente dentro del contexto referido, mi mensaje es de confianza, en lo que los hombres y mujeres, con la libertad de iniciativa y la capacidad de creación individual o en conjunto, en este mundo fascinante que vivimos, contribuirán a enfrentar los desafíos para la salud pública de nuestros tiempos.

​

​

15.jpeg
11.jpg
9.jpg
bottom of page